Nació el 9 de marzo de 1568. Hizo un voto de virginidad perpetua. Vivió dos años en España donde se dedicó al estudio de la filosofía en la Universidad de Alcalá de Henares y a la lectura de libros devotos. Cuando recibió la Primera Comunión a los 12 años entró en la Compañía de Jesús. Necesitó dos años para vencer la oposición de su padre, que quería que siguiera sus pasos como soldado. Luis renunció al título y a la herencia paterna. Olvidó su origen noble y se dedicó al servicio de los enfermos, sobre todo, durante la epidemia de la peste. Quedó contagiado y murió con 23 años. Su cuerpo se encuentra en la Iglesia de San Ignacio de Roma. Es el patrono de la juventud.
Según la tradición, el perfil de la iglesia fue dibujado en el suelo por una milagrosa nevada que ocurrió el 5 de agosto de 358 en lo alto del Esquilino. Dedicado a la Virgen María bajo el título de «Nuestra Señora de las Nieves», los católicos locales conmemoraban el milagro en cada aniversario lanzando pétalos de rosa blanca desde la bóveda durante la misa festiva.
Una de las alas del templo acoge la Capilla de San Ignacio de Loyola, una de las maravillas del arte románico barroco. En ella se encuentra la sepultura del santo decorada con plata, oro, bronce, mármol y algunos minerales especiales.